viernes, 5 de octubre de 2012

Osama bin LLamazares (y páganos el bug que cometimos nosotros)


La verdad que en su año no tuve constancia de esta noticia, pero en 2010, elaborando un retrato robot de como sería un bin Laden sin barba, un artista forense, de motu propio, bajo su interpretación artistica, decidio que había que retocar el retrato robot de bin Laden, y cogió fotos de Google para el resultado final, siendo el caso que vino a basarse en LLamazares para dar forma al retrato.

Curiosa la pifia, no ya por que coja a Llamazares o a un personaje público, si no por la rigurosa técnica y la precisión antropológica con la que se genera el retro robot. Me he enterado de esta noticia a través de un viejo artículo de Alberto Garzón (un hombre que todavía si le llamas por su apellido, la gente piensa en el otro), en el que también se comenta otra pifia interesante de 2006

En palabras de Garzón;
Recuerdo un caso de hace unos cuantos años que ocurrió mientras vivía en Rincón de la Victoria (Málaga). Un compañero de instituto aficionado a las descargas masivas de películas y videojuegos entró por error en un servidor del departamento de defensa estadounidense, al parecer en una base de submarinos nucleares. Pasadas unas semanas la policía española lo detenía en la facultad de informática y lo trasladaba de urgencia a Madrid acusado de terrorismo. Los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia con titulares del tipo “Peligroso terrorista informático operaba en Málaga” o, el más sangrante, “El terrorista podría estar vinculado con Alqaeda”. La televisión sacó imágenes de la policía entrando en su cuarto y registrándolo todo, algo cada vez más habitual. Le acusaron de provocar daños por 500.000 dólares, algo que en realidad era el coste de arreglar el “bug” o agujero de seguridad que tenía la red estadounidense. Los vecinos estaban sorprendidos, lógicamente, y todos nosotros también. Pero la historia tenía un límite, y lo más que pudieron sacar los periodistas fue declaraciones del tipo “sí, a veces nos roba la wifi de nuestra casa”.
Quedó libre muy rápido y, además, el chico dejó la carrera de informática porque no le fue demasiado bien en los primeros años. Sin embargo, en el pensamiento colectivo siempre hubo un terrorista que era vecino mío.

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