domingo, 22 de septiembre de 2013

Incidencia nuclear en Goldsboro (y Almería)


Un documento secreto, obtenido por el diario británico 'The Guardian' bajo la Ley de Libertad de Información, revela que la Fuerza Aérea de EE.UU. perdió el control de una bomba de hidrógeno que en el caso de explotar habría sido 260 veces más potente que el dispositivo que devastó a Hiroshima.

Los materiales de archivo mencionan dos bombas de hidrógeno Mark 39 que cayeron accidentalmente sobre Goldsboro, Carolina del Norte, el 23 de enero de 1961, apenas tres días después de que el presidente John Kennedy pronunciara su famoso discurso de investidura.

El accidente ocurrió cuando un bombardero B-52 cayó en picado. Una de las bombas se comportó exactamente como un arma nuclear debe comportarse durante un acto de guerra: su paracaídas se abrió, activando los mecanismos internos.

Parker Jones, un ingeniero jefe de los laboratorios nacionales Sandia, responsable de la seguridad mecánica de las armas nucleares, encontró que de los cuatro mecanismos de seguridad, diseñados para evitar la detonación accidental, tres no funcionaron correctamente. Cuando la bomba cayó a tierra, una señal de disparo se envió a la central nuclear del dispositivo. Solamente el interruptor de tensión evitó el desastre. Sus consecuencias letales podrían haber afectado a Washington, Baltimore, Filadelfia e incluso la ciudad de Nueva York, poniendo a millones de vidas en riesgo.

"La bomba MK 39 Mod 2 no tuvo un sistema de seguridad adecuado para cumplir con su papel en el B-52," concluye Jones.

En total, los periodistas de 'The Guardian' descubrieron que al menos 700 accidentes "importantes" e incidentes relacionados con 1.250 armas nucleares se registraron entre 1950 y 1968

A modo de hemeroteca, el 17 de Enero de 1966, en una rutinaria operación de repostaje en vuelo, delicada como todas, pero no peligrosa, algo salió mal por la concatenación de varios sucesos menores. Sobre los cielos de Almería, a unos 10.000 metros de altitud, colisionaron un avión cisterna KC-135 Stratotanker y un bombardero estratégico B-52G con el resultado de su destrucción, caída de la carga atómica que transportaba el segundo y la muerte de siete de los once integrantes de las tripulaciones. El cisterna había despegado de la base aérea de Morón (Sevilla) para que el bombardero, que regresaba desde Turquía camino de EEUU, repostara sus depósitos.

Las bombas de hidrógeno eran del tipo Mk28 cuya potencia era de 1,5 megatones y su peso de 800 kg. Tres cayeron sobre tierra (quedando dos destruidas por el choque porque no actuó su paracaídas) y la otra se precipitó en el mar. Las primeras fueron localizadas relativamente pronto, pero la última, a pesar de la operación que se desplegó, tardó 80 días en ser localizada. y quien se la encontró fue el pescador Francisco Simó Orts (quien, desde ese momento, se ganó el apelativo de 'Paco el de la bomba'. Las bombas recuperadas se muestran al público en el National Museum of Nuclear Science and History, de Albuquerque, Nuevo México.


Fuente: Actualidad RT y Revista Atenea


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